A MI COMPAÑERA
Llego a clase y lo único que pienso es en que tengo que
esforzarme, sacar todo hacia delante y no mirar atrás por aquello que hice mal,
porque lo hecho, hecho esta. No hay que rendirse.
Y bueno si eso es un mini resumen de lo que supone mí día a día
en el instituto pero eso no es todo. Por qué supongo que como todos, siempre
tenemos a ese compañero o compañera de delante, que se nota su ausencia cuando
falta. En mi caso a esta personita la conozco desde hace dos años, al principio
no hablábamos mucho, pero si es verdad que me trasmitía simpatía y esa risilla contagiosa
que no podías evitar reírte, eso quieras o no a todo el mundo le gusta.
Ahora es otro asunto, pues compartimos mucho más. Esto me ha
enseñado de que no toda primera impresión que sea buena se queda ahí, pues esta
persona es más que buena, es una amiga, que me saca de apuros cuando no sé muy
bien por dónde empezar o simplemente me apoya para que cuando algo sale mal no
se vuelva a repetir, me da ánimos para que todo se pueda mejorar. No solo está en asuntos de instituto, está también
en lo personal, para aconsejarme y sacar de lo malo unas risas que acaban en
carcajadas incontrolables. Y como no esos momentos de un sin fin de cotilleos
que nos sacan de apuro en clases de química, los empujones de silla, los bolis por los aires, los tirones de pelo; esas clases de biología donde los
apuntes nos sacan de quicio, los comentarios de algunos profesores o alumnos que
nos dejan con la boca abierta, o las integrales de mates que nos salen por las
orejas. En definitiva una pedazo de compañera que no voy a olvidar jamás.
Y para vuestra información la persona que me dijo de iniciar este blog y por cierto, le encanta.
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